Venus en Vancouver ¿Pero quién diablos son? Seguramente sea lo primero que se os venga a la cabeza, pero tranquilos si no podéis dormir, porque os los voy a presentar. Venus en Vancouver son una banda de Indie Rock formada en 2013 en Almería, por Emilio Abad (Voz y Guitarra), Juanfra Felices (Batería) y Héctor Castillo al bajo.

Ellos en su Band Camp se auto imponen como mayores influencias el rock de los 80 y 90, y, además, dicen que sus letras tratan temas que ahogan al ser humano como las pequeñas miserias, los miedos o las dudas.
En esta crítica que voy a poder hacer de este grupo emergente almeriense, voy a centrarme en un principio a valorar su sonido.

En el tema que abre este álbum, que vio la luz el pasado 15 de enero, denominado Nerea, en una primera escucha se me viene a la cabeza solo una palabra, Post Rock, con un aura oscura plagada de sentimientos que te absorbe durante los 6 minutos de duración. Este LP continua con Soy el Rey y Desaparecer, dos temas que tienen claras influencias rock de la década de los 80 y una atmosfera donde es inevitable recordar aquellos riffs pegadizos llenos de crudeza y pasión de los míticos Nirvana.

El siguiente Track, con el  que llegamos al ecuador de este LP, nos encontramos con ese sabor crudo a Nirvana y ese toque oscuro lleno de sentimientos que antes comentábamos, con un riff constante que no deja a nadie indiferente, y que, a pesar de no variar demasiado en sonido la canción a lo largo de sus 4 minutos, para nada se hace repetitivo. Y con esto dejamos atrás abril,  y entramos de lleno en Mayo se olvidó (Lo sé, el chiste es muy pobre), el tema más indie del trabajo, un tema que tiene un riff más ligero que hace que sea un tema fácil de digerir que el resto, y que quizás, junto a Nerea, a mi es el que más me ha gustado, y que junto a la siguiente corte, la sombra que fuiste ayer, forman un interesante combo, un tema también muy indie, con una guitarra con algo de Chorus y en su justa medida Reverb, que te hace recordar a la guitarra mítica de Héroes del Silencio o incluso a The Police.

Llegamos al final de este larga duración, cuando emerge Flor del desierto, el tema más psicodélico del álbum, con el que nos recuerdan que otros tiempos son posibles hoy, con ese gran toque Shoegaze y esa crudeza que creo que ya es característica de los almerienses.

Este disco me parece bastante redondo, en el sentido de que no tiene altibajos, es parejo y contundente, el único pero que se le puede poner es quizás su carácter monótono, y se puede echar en falta canciones más vivas y movidas, que de cara al directo creo que son necesarias, con los temas que contiene este trabajo te pueden poner los pelos de punta en alguno de sus temas, pero probablemente no te harán saltar demasiado, a pesar de eso, buen trabajo.

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